THEREMIN: FANTASMA EN LA MAQUINA

Estoy en un momento de mi vida que es bien raro y eso no significa que sea malo sino que no me reconozco ante mi pasado, mis pequeños postulados personales y las ganas de hacer cosas que antes no podía o simplemente no me salían.

Quiero decir particularmente que siempre fui un inútil para las cuestiones manuales, ya sean prácticas, artísticas o de reparación.

Mis objetos en cerámica o arcilla eran deformados y disconformes ellos mismos por sus anómalas figuras. Sí, un inútil total, desprolijo, desganado e impaciente.

Una vez, en el secundario, en carpintería, hice una repisa más inestable que Charly García y encima me hice mierda la mano y la pared tratando de colgar ese esperpento en la pared de mi pieza. Luego tapé el error con un pésimo cuadro de Chaplin con "el pibe" a upa. En fin, un desastre antiestético por todas las aristas.

Mis dibujos eran preocupantes, los Kalkitos también. No me gustaba pintar con pinturitas aunque sí dibujar. En el primario había un amigo -que se llama Hernán C.- que ya dibujada como un campeón y yo no podía entender cómo hacía si los dos teníamos manos y cabeza.

Años después, cuando en la escuela aprendí las perspectivas -a los 13 o 14 años- dejé de dibujar todo de manera plana y sin dimensión alguna para empezar a literalmente llorar sobre las láminas de dibujo técnico, con esos estilógrafos de mierda que de golpe te tiraban un gotón de tinta y te arruinaban el laburo y los nervios.

Sin embargo, cuanto más me obligaba el programa a hacer laburo manual peores eran los resultados. No es que no me gustara sino que al saber que el producto final sería una catástrofe me frustraba de entrada y entonces todo sólo podría ser peor.

Como decía, estoy en un momento raro. Y es desde hace poco tiempo que redescubrí mis manos y laburé a conciencia sobre el recorrido de la orden que el cerebro le da a los dedos para ejecutar una acción.

Junto a mi hija pinto, arreglo chiches, recorto, hago collages y bolas de vidrio de esas con efecto nieve adentro. Sí, se morirían de saber qué fácil es y que bien quedan. Una de esas será para mis amigos Tamara y Cachi que coleccionan y que cuando estuvieron en Israel no encontraron la adecuada y se conformaron con unas truchadas.

Pero mi logro más interesante fue el armado de un Theremin con tres radios AM luego de haber visto un video en Youtube.
Siguiendo las instrucciones fui probando con diferentes aparatos -arruiné el único pasacassettes de la casa- hasta dar con un modelo similar al de video.
Lo fui charlando con mi nuevo amigo Josi G. y juntos nos dimos ánimos en el mar de frustraciones.

El fin de semana tuve la suerte de que otro nuevo amigo, Hernán F., estuviera en casa ayudándome a resolver la inquietud.
El se encargó de pelar unos cables que casualmente tenía en el auto, de soldar mejor que yo y de empujar a fondo con la historia-

Luego de varios intentos, nos dimos cuenta de que estábamos cerca de la resolución pero que faltaba algo. No nos salía.
En el minuto 90, cuando él ya se iba con la familia, se le iluminó el camino, soldó en otro lado y se ganó para siempre mi corazón. Terminó el Theremin y con mis fantasmas.

Me di cuenta de algo. Muchos de nosotros, los de más de 30, tenemos esa curiosidad latente que soslayamos y olvidamos. En estos dos muchachos, Josi y Hernán, encontré amiguitos de 10 o 12 años queriendo resolver un experimento.

Vi que fuimos pibitos que quizás leían la revista Lúpin y que el hecho de sentir la misma vibra impulsora -en este caso fue mía, mañana de otro- nos unió en un objetivo común. Y estos dos disfrutaron de la cosa tanto como yo.

Sigo siendo un inútil, no nos engañemos. Sólo que ahora capeo el temporal interno y le tengo paciencia al dedo.

Total, si no sale, siempre habrá un pibe treintañero dispuesto a despejar la cancha y clavarla al angulo aunque uno haya sido el rústico. La alegría compartida, dice el cursi refrán, es alegría doble.

Acá va el video de la resolución. Espero les guste y se animen.






Well I could call out when the going gets tough.
The things that weve learnt are no longer enough.
No language, just sound, thats all we need know, to synchronise
Love to the beat of the show.

And we could dance.

Joy Division - Transmission