miércoles, agosto 20, 2008

RICHARD CLAYDERMAN NO ESTUVO EN MALVINAS

Sigo revolviendo cajas de revistas y diarios que leí dos mil veces. Siempre le encuentro un placer especial a la relectura y a veces me seduce ver avisos publicitarios o críticas de libros, películas o discos.

El último hallazgo es una serie de revistas Gente, Somos, La Semana y Siete Días de la misma época: de abril a junio de 1982.
Cada revista me pone en un lugar más incómodo y si bien no siento ira me planteo cuán displicente puedo ser yo en mi trabajo periodístico.Yo no hago periodismo de investigación y últimamente edito más de lo que escribo pero me replanteo hasta dónde quiero o no ir a fondo con ciertos temas.

El dogma me lleva a sentir la no siempre válida obligación de denuncia fundamentada. Pero yo no investigo actualmente, no busco verdades ocultas más allá de vetas de personajes o curiosidades cotidianas.
Ojo, vivo tranquilo, como cierto ingenuo pelotudo, hasta que encuentro estas revistas cobardes y mentirosas que mitificaban la Guerra de Malvinas como la epopeya de Gilgamesh a su inmortal héroe.

Qué manga de hijos de puta los periodistas de esas revistas, cómo mentían los mierdosos esos…
Entrevistaban a pibes arengados por lo épico de la batalla antiimperialista, que habían bajado naves inglesas a pulmón por la simple y (noble) idea de la soberanía.
Comparaban los barcos ingleses de prisioneros con los barracones de Auschwitz. Para las infamias hay niveles también.
Apuraban inverosímiles teorías sobre imposibles victorias que el tiempo se encargó de revelar como delirios muy maliciosos.

La malicia acá, en estas publicaciones, es la complicidad absoluta y obsecuente con el Gobierno militar.
Había miedo, perfecto. Hubo miles y miles de desaparecidos, correcto. Amenazas, bombas y nula libertad de expresión, también.
Pero no podés entregar tu escasa dignidad a la infamia, jugarla de patriotero y pretender evangelizar al mundo lector con falacias tan macabras como inciertas.

Les mintieron a la masa que los leía. Les escupieron la cara. Cuando vieron que se perdía hasta los calzones empezaron a armar especiales sobre la derrota, la caída de Puerto Argentino, el golpe interno que sacó a Galtieri del Gobierno y la negativa de Ricardo Villa de volver a jugar al Tottenham. Y cobraron guita por ello, y le dieron de morfar a sus pibes.

Andá a laburar de pizzero, rescatáte, exiliáte o resistí pero no me hagas esto que acá nadie se salva, nadie es bueno. Pero tampoco tenés que ser el macho cabrío.

No descubro nada, no hago manifiesto fácil para ganarme a un lector. Me chupan un huevo.Escribo bruto lo que me pasa al reencontrarme con estas porongas que llevo de lastre de allí para acá.

Esas revistas me molestan, las quiero tirar. Pero a la vez son tan nazis, tan hijas de puta que conforman un testimonio único de una época en que los medios más populares eran tan serviles que deberían haber pagado precios mucho más cargos que acusaciones de lobbistas y quiebras estruendosas.

La Semana, Siete Días y Somos no existen más. Gente es un cadáver que tienen la maldición de la inmortalidad y se salva mostrando culos astronómicos.
Lo que tarda el periodismo en depurarse, por dios.

En otro orden, me ofrecieron entrada gratis al próximo recital de Richard Clayderman, que visitará Israel en septiembre. No me tienta y a la vez sí.
Hablando con mi cuñada, ella me decía que Clayderman era el ídolo de las mucamas porque era rubio y de tez rubia.
Y me instó a preguntarle el genial disparate a Clayderman si es que surge una oportunidad de entrevistarlo para los medios que edito.

Divagando, se me ocurrió pensar cómo un pianista romántico pudo conquistar el mundo de tal manera sin que existiera el absoluto fenómeno de la globalización con su arma letal llamada Internet. La radio, la tele, la gráfica, ok.
Pero pregunto porque yo no lo recuerdo: ¿Acaso las radios o la tele pasaban mucho más que un tema de Clayderman? ¿Alguien recuerda haber escuchado en la radio dos temas instrumentales seguidos y que estos sean del mismo autor? ¿Alguno conoce otra canción del pianista rubio que no sea Balada para Adelina?

Si lo entrevisto, le tengo que preguntar cómo hizo para ser el rey.Una curiosidad: consulté a diez personas acerca de la nacionalidad de Clayderman y nueve me dijeron escandinavo (sueco especialmente). La que resta me dijo “como los de ABBA, austríaco”.

Sin consultar Internet: ¿Se anima a arriesgar el país de origen del ídolo de las mucamas?Hasta la próxima con Cerdos & Peces, Revolver, Pelo e HistoRock que aparecieron en la mitad de otra caja.

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5 Comments:

At 8:01 p.m., Blogger Horacio said...

yo siempre pensé que era francés el tipo

siete días sale actualmente, la edita spolzky (o como se escriba)

y la semana se convirtió en noticias hace muuuuchos años

 
At 9:19 p.m., Blogger El inconsistente said...

Es francés, me la juego

Lo lei en alguna revista Humor de mi tío, de la misma época que las Fuimos y Gentuza que conservás celosamente

 
At 1:57 a.m., Blogger Mariano Man said...

Sí, muchachos. Es francés.
Pero ojo, ustedes son periodistas freaks como yo, algo siempre les queda en la memoria.

Me parece que a las revistas les corto las publicidades y las enmarco.

Están yendo a cuchillo....

 
At 11:30 p.m., Anonymous Anónimo said...

Para mi que Clayderman es rubio porque es de Recoleta. El problema era ponerse un nombre más artístico que Ricardo Clemente (iba a decir Clement, pero luego recordé que un gran hijo de puta se puso ese apellido para ocultar su pasado Nazi).

Honestamente había "olvidado" (no es lo mismo a no saberlo) su nacionalidad, pero como la busqué en Internet, no tiene sentido. Pudo más que yo.

Mariano, en este caso, sí me parece que no tiraría las revistas, al menos las que más sirvan de prueba para recordar el nazi infiltrado en los medios argentinos.

 
At 9:00 p.m., Anonymous Anónimo said...

Iba a decir que Clayderman era polaco como Goyeneche o Vladislao Cap.
No se olviden de Nicola Di Bari
Diego

 

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