domingo, diciembre 17, 2006

TIME WAITS FOR NO ONE

Gracias a los que se preocuparon. Estoy volviendo a sentarme a escribir fuera del trabajo.

Nada grave pasó más que la rutina misma, que, bueno, en definitiva es grave pero uno se hace el otario superponiendo importancias triviales a otras urgentes como son el placer, el cuidado del cuerpo y de las relaciones.
Esto se traduce a que me encapsulé mucho en mi grupito familiar, en especial en el mes previo al primer cumpleaños de Alma.
La situación de estar lejos de los amigos y la familia hace en mi caso particular que en el "exilio" reduzca la presencia ajena.
No quiero nuevos amigos a esta edad ni relaciones que no cumplan los mínimos requisitos.
Soy un adulto exigente. Quisiera pretender muchas más cosas del lugar en el que vivo, por ejemplo, o del destino pero son entes tan poderosos que no se van a detener a prestarme atención.
Es verdad que yo tampoco levanto mucho la voz.

En este año que pasó, pasó de todo y sigue pasando y pasará en breve.
La clave hoy pasa por saber qué va a ocurrir con Siria y sus intenciones de hacer la paz con Israel.
Esto merece un análisis que voy a intentar desarrollar luego de una extensa charla con un analista.
Ah, mientras lo escribo afuera quiero recordarme que mañana lunes a la tarde entrevistaré a Daniel Burman que está de visita en Tel Aviv.
Vuelvo, lo prometo.

Gracias a los que se preocuparon. Estoy volviendo a sentarme a escribir fuera del trabajo. Aunque me lean dos. Ja.