viernes, junio 25, 2010

IT AIN'T ME, IT AIN'T ME, I AIN'T NO MILITARY SON

Se cumplieron ya cuatro años del secuestro del soldado israelí Guilad Shalit por parte de Hamás. El grupo terrorista lo tiene preso en Gaza y desde 2006 Israel ha "querido intentar" o "intentado querer" llegar a algún tipo de acuerdo para liberarlo pero la falta de actitud e inacción hicieron que el chico esté aún en manos enemigas.

Sí, así es. El soldado se ha convertido en la mosca en la oreja para Israel. Por su propia ineficiencia y la absoluta inflexibilidad de los islamistas, la cosa está en foja cero. ¿Y entonces?

Shalit fue el primer síntoma de que en el Ejército de Israel las cosas ya no eran como antes. Con su secuestro, vago y extraño hasta que Hezbollah hizo una irrupción en el norte veinte días después, comenzó a verse a un Israel vulnerable, imperfecto e impulsivo. La reacción que dio origen a la Segunda Guerra del Líbano es el paradigma de esa pérdida de sacralidad y de la caída a tierra de los antiguos dioses poderosos de la región.

El Ejército de Israel, más humano y menos mito que hace cuatro o cuarenta años, quedó desnudo y mostró sus propias falencias incluso cuando el presupuesto de Defensa en los últimos años alcanzó récords inusitados.
Sin embargo, y esto es muy importante, la sociedad no le dio la espalda a sus guardianes. No importó que se hayan cagado a tiros entre las dos brigadas más de elite en el Líbano (fuego amigo) por problemas de comunicación o que las emboscadas en suelo enemigo hayan sido moneda corriente hasta que se llegó al cese del fuego con los chiítas proiraníes de Hezbollah.

Pero lo que sí se abrió es una brecha entre la sociedad y sus gobernantes por incumplir la promesa de devolver a casa a Sahlit. Con esto no se jode, dice el pueblo aunque las manifestaciones de protesta hayan sido hasta el momento poco más que tibias.

Los fanáticos proisraelíes en Israel y el mundo, y conozco a varios, con el pretexto de que la autocrítica le da de comer al enemigo, siguen pensando siempre que toda la culpa la tienen los otros. No es así, esa actitud es caer en el absolutismo. Ni todos acertamos siempre, ni todos la pifiamos.

Es el momento de actuar. Hay que liberar presos palestinos, la cantidad que sea necesaria, del tipo de preso que se pida, terroristas o no. Si es que realmente Israel quiere hacer lo que dice, eso de respetar la vida propia de manera excelsa, hay que negociar ya.

Este primer tipo de arreglo formal con Hamás, importante actor de la cuestión, llevará a otras cuestiones como el tratamiento del bloqueo a Gaza, la futura unidad palestina y en algún momento no tan lejano el reinicio de las conversaciones de paz.

Planteado así parece un delirio pero este status quo no me gusta. No quiero que el chico vuelva en un cajón. Ya pasó esto con Ehud Goldwasser y Eldad Reguev.

Hay que cambiar el concepto. No se pelea más contra Estados sino contra milicias. No se negocia más con tratados como el de Versailles o Yalta. No es la Guerra de Malvinas. Es Oriente contra Occidente, la vida de unos y otros vuelta a poner a prueba cada segundo que pasa. Acaba de pasar un segundo. Y otro.

A cuatro años del secuestro de Guilad Shalit, pido su regreso. Cueste lo que cueste. Su liberación me volverá a confirmar de que a Israel le importan más los vivos que los muertos. Mañana pueden ser tus hijos o los míos. Sabélo.





Some never get to see the morning
Claiming darkness feeds their needs
Some are breathing underwater
On a river in the reeds
But only so many soldiers come home
Only so many soldiers come home
Ian Brown - So many soldiers

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2 Comments:

At 7:02 a.m., Blogger Unknown said...

El día que nos liberemos de las religiones viviremos en paz.

 
At 6:25 a.m., Blogger Holylander said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

 

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