FEVER DE UNA TARDE DE PRIMAGUERRA
Estoy hace dos días con fiebre y lo único que necesito es descansar el cuerpo, depurarlo. Acompañar el proceso con paciencia y colaboración de los anticuerpos.
El cuerpo descansa pero no la mente. ¿Y por qué? Porque en el sur de Israel y Gaza llueve fuego y hay olor a pólvora y muerte otra vez.
Nos encontramos una vez más ante un escenario donde las hostilidades, frutas maduras de la insensatez, crecen y se reproducen con fuerza y sin pausa. Me tirás, te tiro. Ojo por ojo, muela por culo (Tangalanga dixit).
¿Y qué le queda pensar a un *capitalino como yo que está en la cama, lejos aún de los estruendos? Lo que siento que todo se está yendo a la mierda de nuevo por más sistema Domo de Hierro o ataques en represalia. Tengo el gusto amargo de la garganta inflamada y el paracetamol y la sensación de que Israel está en un callejón sin salida. Y en gran parte por errores propios.
Israel debe dejar de mentirse. Hay que crecer, a todos nos toca. No se puede seguir más así, la catastrofe puede ser inigualable. Hay muchas vidas en juego, aquí y allá y cada vez más nos quedamos sin recursos para las acciones pacíficas, las que no indican que el ser humano sea bueno sino que al menos no es tan pelotudo.
Los culoblandos de los sionistas de salón, los polemistas que se escudan el la "superioridad" israelí, los que mitifican los desarrollos tecnológicos y los imbéciles que le hacen el caldo gordo al status quo jugando a ser siempre víctimas son la cosecha de esta estéril estación, valga el oxímoron.
Más refugios, más sistemas antimisiles, más extremos nos ponemos. A la sangre podemos responderle siempre más sangre. Y no hay que explicar por qué.
Con Hamás, dicen, no se puede hablar. Con la AP, dicen, no se puede negociar. Con Hezbollah, dicen, no hay lo qué hacer. Con estos planteos, digo, no llegaremos al verano sin una lluvia de petardos y entonces sí tendremos que darnos cuenta de que el escenario ha cambiado de forma definitiva y para mal.
A mi no me importa lo que hacen los demás. Bueno, no es verdad. Sí me importa pero no como un indicador de lo que debo hacer yo. Si malcriás a tus hijos, o sos de River, o te separaste de tu pareja o te gusta bailar Salsa, a mi no me influye en la determinación de mis propios actos en la medida que no me vengas a evangelizar con esas acciones.
De la misma manera, Israel dar un paso adelante ya mismo y demostrarle primero y sobre todo a su pueblo que es posible pensar en un futuro menos histérico y comprometido.
Hay que retomar el diálogo de paz con quien sea y como sea. AP, Hamás, la izquierda, la derecha, los religiosos, los sirios, etc. Y avanzar hacia un horizonte con opciones que nos permita repensar el provenir colectivo como algo al menos útil.
Nada de paz y amor. Hippie las pelotas. Yo cuido mi propio jardín sin joder al otro, sin inundarle el patio de mierda. Si me lo hacen, respondo. Y luego de baldes de mierda aquí y allá, ven, se impone la necesidad de hablar. Me jodiste, te jodí, empatamos. Qué quiero, qué querés y a otra cosa sufra quien sufra.
Me están entrando chuchos de frío. Me sube la fiebre. Lean las tapas de los diarios israelíes y reaccionen.
No hay salida si no la buscamos.
*Tel Aviv no es la capital, claro. Pero querría serlo.
La gente se acercó y empiezan a marcar el paso
la luz se apagó, va a comenzar la función
me marca el reloj que sube la temperatura
todo se prepara, esta noche hay Rock and Roll
Rock and Roll y fiebre, van de la mano los dos
Rock and Roll y fiebre, van de la mano
van de la mano los dos
Pappo - Rock and Roll y Fiebre
Etiquetas: AP, cohetes, domo de hierro, gaza, guerra, hamas, hezbollah, Israel