lunes, diciembre 31, 2007

SE VA EL AÑO EN EL QUE VOLVIERON LOS 80

Este post es una forma de retomar el blog como si nada, como cuando un recuerda un día que le gustan las castañas o cuando uno revuelve la discoteca y se encuentra con el primer disco de la Velvet.
El otro día, ahora no recuerdo cuál, me agarró una angustia primigenia. Como de helado derretido en mis manos de niño en la avenida Asamblea.
Se había publicado un informe de un ex analista del Pentágono acerca de lo que ocurriría ante la posibilidad de una guerra nuclear entre Irán e Israel. Y las conclusiones, claro, no eran agradables.
El tipo dice que un conflicto bilateral morirían entre 16 y 10 millones de iraníes y entre 200 y 800 mil israelíes.
Entre los targets enemigos, por supuesto que Tel Aviv sería el primer objetivo. Luego le seguirían otras localidades costeras del centro y el norte del país. Ahí, en Tel Aviv, está hoy mi nena, mi mujer, mi casa, mi vida y mis sueños.

El “optimismo” del informe decía que Israel se repondría de la guerra nuclear por su situación geográfica y su emergente economía. ¿Qué más da?
Es sensación de que la muerte propia sea un cheque al portador emitido por un régimen anti-lógico me angustió hasta replantearme de forma interna qué hacer con la amenaza si la tensión sigue en aumento.
Si dependo de que un chiflado apriete el botón o de que el primer ministro de Israel decida llevar a cabo un “correctivo, estoy frito.

Es cierto que uno no puede articular siempre su propio destino y que hay millones de factores terceros que influyen en la cotidianeidad pero esto de que caiga una bomba atómica y nos mate así como así es, a nivel macro, un empujón al replanteo.
En mi caso no se trata solamente de una partida de Israel hacia Argentina sino de pensar qué ocurriría si un misil atómico cayera en cualquier punto del globo.
Bajo esta atmósfera, se me ocurrió pensar que así como cada década se recicla y vuelve al ruedo con estéticas renovadas, los años 80 están presentes en este tiempo e influyendo.

El primer síntoma es justamente la posibilidad de la guerra nuclear tal y el desastre tal como reinaba ese clima en los “eigthies”.
Que dispara Moscú, que tira Washington, que Europa y los misiles, que la película Juegos de Guerra, que la película El Día después.
Esa angustia me hizo tener pesadillas. Una de ellas fue la estar con Marina en un departamento y de golpe por la ventana ver en el cielo la estela que dejaban varios misiles, como las de los aviones a chorro que de chico me producían felicidad, y que de golpe, tras un fuerte impacto, todo se volviese naranja e irrespirable. Nadie moría inmediatamente sino que lo que había era un ahogo global anaranjado.
Me levanté con la garganta más seca que el pelo del Topo Gigio.
¿Algún porteño sintió allí el “Damocles nuclear”? Yo allá, nunca jamás

Volviendo a los años ochenta, cada década tiene una banda de sonido. Y 2007, para mí el año más ochentoso, tuvo la suya bajo el influjo de los 80.
Un dato: el video –uno de ellos- de We are the world/USA for Africa de 1985 tiene cerca de tres millones de visitas.
Sí, está bien, no es tanto si se compara que la gansada que contestó la pelotuda de South Carolina en el concurso Miss Teen USA 2007 que tiene arriba de veinte millones de clicks. Pero igual es un número.
Para colmo de males, volvieron The Police y Soda Stéreo. Grandes bandas del ayer que no deberían tener cabida en el hoy si este hoy no fuera tan ochentas.
En el medio, Diego Maradona, rey de los años 80 que vive en mi corazón, está afiliado al “Eje del Mal”, al grupo de países entre los cuales está Irán, el que se pelearía con misiles con Israel. ¡Qué confusión! Para colmo, Joe Jackson –Look Sharp, Steppin’ out- viene de visita y uno de los cuatro Kitt, de El auto fantástico, se remata en 20.000 dólares.

El terrorismo internacional de aquellos años era un sinónimo de Libia. Hoy Kadafi se desempolva y visita Francia como un amigo. En términos de guerrilla, ya no está Sendero Luminoso pero mandan las FARC. El hambre en Africa es el mismo y peor. El imperio que caía entonces era la Unión Soviética. ¿A quién le tocará esta vez?
Los videojuegos, reyes de esa década, hoy se juegan en casa. Y siguen siendo una nueva cultura. Los palestinos no tenían Estado y hoy tampoco.
En fin, se termina el 2007, los ochenta.

Durante este año nacieron algunos hijos de amigos, se murió Felipa mi gata de 18 octubres y el papá de un nenito muy cercano. El tipo tenía nuestra edad,
Sufrí contrastes anímicos que fueron desde el sobrecogedor y maternal sol de cementerio cuando uno va de visita (en los entierros siempre llueve) hasta la frialdad que emana de las obras en construcción. Dejé de fumar.

Si los humanos no nos pusiéramos exigencias para ser buenos y dejáramos fluir la vileza propia de la raza, ¿acaso el final sería más ascéptico que la lenta capitulación que imponen los diez mandamientos? Me da terror contestar.
La leche de Alma hierve y se llena de nata (figura). La puta que lo parió. Feliz año nuevo.