martes, enero 22, 2008

HOLOCAUSTO, EL ORIGEN DE MARIANO MAN (II)

Retomando, en el post anterior había quedado en el recuento de la familia superviviente: Mi abuelo y su hermano, mi abuela con dos hermanas y un hermano menores y mi mamá recién nacida sin sus dos hermanitos.

Aguantaron comiendo papas, raíces, ratas y otros manjares en los bosques hasta el fin de la guerra. Hasta entonces, combatieron con dignidad no por un pueblo solamente, sino por sus vidas que para los nazis, ucranianos, polacos, lituanos, croatas y otros europeos valían menos que mierda porque la mierda incluso servía para abono.

Zafaron peleándola y vivieron un año entre Suiza -donde mi abuelo y otros del grupo contrabandeaban relojes- y en Florencia. De allí partieron hacia Palestina circa 1947 pero los británicos que tenían mandato en ese lugar no les permitieron entrar y los despacharon a los campos de refugiados en Chipre. Los ingleses querían gente soltera, no a mis abuelos con mi mamá.

Bajo esas condiciones, las dos hermanas de mi abuela decidieron entrar y al otro año celebraron la independencia del Estado de Israel.
Mis abuelos junto a sus hermanos y mi mamá se subieron a un barco rumbo a Buenos Aires a reencontrarse con la poca familia que había, desesperada por las noticias.

En el barco le regalaron una muñeca a mi mamá. En italiano muñeca se dice bambola y esa fue la primera palabra que ella dijo en otro idioma que no fuera idish.
"La bambola sta malata", repetía en el barco. Hasta que un día se pudrió y la tiró por el ojo de buey de un camarote. Tenía menos de tres años.
Era 1948...

jueves, enero 17, 2008

HOLOCAUSTO, EL ORIGEN DE MARIANO MAN (I)

Está de moda el Holocausto.

El próximo 27 de enero será el Día Internacional de Conmemoración anual de las víctimas del Holocausto. Se conmemora la liberación de los campos de concentración nazis en Europa en 1945.
La resolución insta a los Estados miembros a elaborar programas educativos que inculquen a las generaciones futuras las enseñanzas del Holocausto, para prevenir actos de genocidio.

Hoy alguien mandó en cadena un link de un programa matinal conducido por Jorge Guinzburg donde entrevistaban a un sobreviviente de Auschwitz, David Galante.
Su ahijado, un tal Martín Hazán, publicó el libro "Un día más de vida" basado en el testimonio de Galante, oriundo de la griega isla de Rodas.

El coloso Galante sobrevivió a ocho meses de calvario en el campo de exterminio y llegó ilegal a la Argentina. Su historia es una más en un millón. Tan dolorosa como cierta. Tan repetida y callada como tantas.

Además, me llegó a la redacción una invitación para asistir a la presentación del libro "Auschwitz, el álbum fotográfico de la tragedia". Es en Madrid y para aquellos que andan por allí les cuento que es el 21 de enero a las 19.30 en la Sala Valle Inclán, Círculo de Bellas Artes, Marqués Casa Riera 2.

Aquí voy a contar en dos partes mi propia historia, mi origen.
De parte paterna, soy tercera generación de argentinos. Pero de parte materna, primera.
Una mezcla extraña el matrimonio de mis padres, uno cajetilla y una superviviente del Holocausto.
La historia paterna no es la que me interesa contar hoy. Voy a la otra, a la de moda.

Mi abuelo materno tenía cinco hermanos en Ucrania. Todos trabajaban en agricultura y comercio, una mixtura no muy común. O una cosa o la otra.
Antes de la guerra estaba casado y tenía dos hijos. Un día se fue a trabajar a varios kilómetros de la casa, con la guerra ya instalada, cerca de 1941, y cuando quiso volver lo persuadieron de que todos los judíos de su pueblo habían sido masacrados.
Quiso entrar, se lo impidieron y hasta el día de su muerte cargó con las dos más pesadas cargas: la culpa y la duda.

Así, con dos hijos, una esposa, padres y tres hermanos ¿muertos?, huyó a los bosques ucranianos con el hermano que le quedaba vivo. Allí, en un campamento, conoció a mi abuela de como diez años más joven.

La familia de mi abuela estaba compuesta por los padres y once hijos. No había televisión pero sí un almacén de ramos generales en un pueblo cercano al de mi abuelo. Es por eso que ellos decía que se "tenían" de antes.

Al comenzar la guerra, tres hermanos de mi abuela ya estaban en Buenos Aires porque el primero se equivocó de barco. Quería ir a EE.UU., a "América". "Perfecto", le dijeron en Génova. "Vamos para América pero giramos a la izquierda", explicaron.
Y el paisano llegó a Buenos Aires. Una vez instalado "llamó" a sus hermanos a ir al Río de la Plata. Dos lograron hacerlo.

Retomando, al inicio de la guerra mi abuela tenía diecinueve años. Tras un tiempo de enterarse de masacres en pueblos aledaños, intentó convencer a padres y hermanos de la necesidad de dejar todo y escapar.
Los padres dijeron no. Tres hermanos tampoco quisieron moverse por estar casados, de novios o simple incredulidad.
Pero ella comandó a cuatro hermanos hacia los bosques: dos mujeres adolescentes, dos chicos y ella.

Todos, desde ella al más chico se sumaron a un campamento de partisanos judíos en el que casualmente se encontraba mi abuelo y su hermano.
Ella, se decía en la familia, era una de las de mejor puntería incluyendo a hombres y mujeres (me sigue costando imaginármela con un rifle y apuntando).
El, se decía en la familia, tenía un excelente sentido de la orientación por lo que guiaba como baquiano a las pequeñas brigadas partisanas para combatir a los nazis (primera vez que uso la palabra).

Mi abuela -la mujer del rifle- le llevaba como media cabeza al "dinamitador de trenes alemanes". Era gracioso verlos y complicado imaginarlos como guerrilleros.
Una vez, de las pocas que mi abuelo soltó un recuerdo, me dijo que a uno del campamento que había batido información a paramilitares ucranianos, lo ataron a un árbol, le tiraron agua hirviendo y cuando se ampolló le abrieron las ampollas y le tiraron sal. Ese era mi abuelo en tiempos de guerra.

Entre tiro y muertes y la escasa alimentación que gobernaba al campamento, se juntaron el hambre y las ganas de comer.
Dos tipos en apariencia incompatibles, repletos de dolor tuvieron sexo y mi abuela quedó embarazada. Se fueron queriendo en el medio de la miseria y apoyando el uno al otro para sobrevivir y ver a su descendencia.

Pasaron los meses -siete- y el cuerpo de 40 y pico de kilos de mi abuela la obligó a parir supuestamente el 18 de enero de 1945. En el hecho, del que tengo muy pocos datos, nacieron tres bebés, dos y mi mamá.
Según informaciones imprecisas, los dos bebitos murieron enseguida y mi mamá sobrevivió. La pesaron con papas y no sé qué más y tenía mucho menos de un kilo.

Faltaba poco para el final de la guerra y los nazis mataron a uno de los hermanos de mi abuela, al más chico. Ya quedaban cuatro más mi abuelo y su hermano.

Mañana es 18 de enero, mi mamá cumpliría 63 años. A ella le dedico este post y la segunda parte que vendrá en breve.

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miércoles, enero 16, 2008

LIVER LET DIE

Yo sé que con este post voy a ganarme muchos enemigos, el repudio de amigos y los vítores de aquellos maestros de lo oculto (gracias Hicks por la palabra).

Este blog puede genera más o menos antipatías por lo que escribo, por mis difusas posturas, por estar en Israel o por cualquier cosa. Incluso por spamear cuando escribo.

Sin embargo, hoy, intuyo, se producirá una bisagra que no sé si hará que me dejen de leer pero muchos me señalarán como subnormal y sin escrúpulos.

La causa, señores es la siguiente: volví a comer HIGADO vacuno.

Si bien es cierto que todo buen judío de linaje proveniente de Europa nunca debería renegar de la viscera, durante 20 años no toqué un pedacito de la fibrosa pieza. Poco tiempo después dejé de comer aves, actitud que mantengo por el asco que me dan las ratas con alas y plumas.

El olor, el color, el gusto y la tarea hepática alejaron al laboratorio del mamífero de mi mesa y paladar. Tuve un último coqueteo durante la adolescencia cuando mi abuela nos servía la mesa y ponía el plato del cual ahora me enorgullezco de comer: higado rallado con cebolla picada muy chiquita y huevo ralladito (ay, los diminutivos).

Después, nunca más. Sí al riñon, al chinchulín, a la molleja y a las carnes rojas.

Pero desde hace un tiempo -no me lo revelé a mí mismo por temor a enloquecerme- comencé a interactuar con el hígado de manera tímida.
Para enchufarle hierro a Alma, el hígado se transformó en una opción pero mi mujer se negaba a cocinarlo en la plancha o de cualquier otra forma. Le daba/da arcadas y se descompone.
"Mejor que la nena chupe un clavo", pensamos.

Hasta que un día agarré el sanguinolento bife, lo escurrí un poc, lo tiré en la plancha y esperé. Lo rallé -hasta ese momento todo lo hacía por Alma- y se lo serví con arroz o no me acuerdo con qué. Por supuesto lo morfó sin pruritos.

La cosa es que quedó un poco de higadito ralladito. Y como los olores y sabores, desagradables o placenteros, nunca se olvidan se me ocurrió rallar una cebollita y hervir un huevito.

Rallé todito, le pusé aceite, sal y unas gotas de aceto balsámico y lo probé. Y me gustó. Y desde entonces lo como una o dos veces por semana. Y me encanta. Y no lo puedo creer.

No recuerdo por cuestiones obvias cuánto sale el hígado en Argentina pero acá en Tel Aviv no es caro y se consigue más o menos fácil.

Estimado lector, aquí le transcribo una receta para poder obtener el plato tal como preparo yo. Esto no va a tener efecto entre los vegetarianos, que no me van a odiar más o menos por mandarme alguna parte distinta de la vaca.
Pero sí puede resultar en una consecuencia reveladora para aquellos que cómo yo fueron detractores del órgano glandular de animales vertebrados que segrega bilis y purifica la sangre que corre por nuestras venas.
Los dejo. Tengo mucho que ver, mucho que comeeeer.

Hígado Picado (cortesía de www.judaismohoy.com)

"Este es probablemente el plato judío más conocido y sabroso. Nadie sabe realmente su origen, pero cuando hablamos de hígado picado todos son expertos.
Tradicionalmente la grasa del pollo (aaaaagh) se usa para cocinar las cebollas y unir la mezclar puesto que le da una textura suave. Pero se puede usar tanto aceite vegetal o margarina. Se sirve con pan, matzá o crackers.

Ingredientes
300 gr. de hígado
1 papa mediana
1 zanahoria
1 cebolla
1 huevo duro
aceite o grasa de pollo o margarina
sal y pimienta a gusto

Preparación
Cortar en rodajas la papa, la zanahoria y la cebolla. Rehogarlas en un poco de aceite en una olla y agregar el hígado previamente asado. Tapar y dejar cocinar por 20 minutos aprox. Poner todo en la picadora incluyendo el huevo duro. Si la mezcla está seca agregar más aceite o grasa de pollo y condimentar a gusto.

Se pone la mezcla en una fuente de servir, se la cubre y se pone en la heladera por dos horas o hasta el momento de servir. Se puede acompañar con alguna ensalada de verduras frescas.
Opción para los amantes de las comidas agridulces: servir sobre rodajas de manzana verde sin piel cortadas en forma redonda.

Buen provechito.

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martes, enero 15, 2008

DE LINCOVSKY A MODIGLIANI PASANDO POR MENOTTI

El último fin de semana, compuesto típicamente en Israel por un viernes y un sábado, sentimos frío.
En la calle fuimos víctimas de un frente helado proveniente de Siberia. Especulando, llegué a la conclusión de que el frío ese era parte de un plan de la Agencia Judía para promover la emigración de gente de la ex Unión Soviética e incluso para cumplir con aquellos que ya vinieron de allí para que se sientan en casa. Compromisos son compromisos.

Mientras nos cagábamos de frío dando unas vueltas con Marina y Alma por las plazas del barrio, me detuve a ver a una mujer que iba caminando como con un programa de teatro en la mano y con una mirada entre altiva y relajada. Vaya mezcla.

Iba la tipa, cincuentona, con sus pantalones beige étnicos y sus rulos psico muy parejos, con un pullover bordó y y un poncho. Botas marrones y lentes pequeños, como de lector agotado de leer sin comprender tantos libros existencialistas.

Se movía con la soltura que sólo da el bienestar económico o la locura. Cruzaba el Boulevard Rotshchild -vaya paradigma- y caminaba en dirección a un café de esos en lo que ya no se respira tabaco pero sí aroma de café importado, olor a tinta de diario no tabloide y madera de la buena. La tipa entró, saludo a dos mujeres y a un hombre -presumiblemente gay-, se sentó y nosotros seguimos caminando.

La estética de la mujer es muy común entre las judías adultas culturosas. Aquí, allá y en cualquier lado se visten igual. Véase Cipe Lincovsky.

El fenómeno se replica entre las mujeres adultas que no pertenecen o no interactúan de forma profunda con la cultura o la inteligentzia cultural. Sólo que en este caso lo que manda es el uso de remeras con incrustaciones de falsas piedras preciosas, jeans con injertos de simil-tigre o ropa deportiva de country, de esa que nucna serviría para hacer deportes. Véase Susana Giménez y su influencia en la judería de Miami.

Miré a mi mujer y me di cuenta que mi teoría no funcionaba con ella. Marina vestía una prenda de cada color y mi hija Alma, a pesar de no ser adulta, estaba sincornizada con la estética maternal.

¿Cómo puede ser? Ella está conectada con lo cultural. Ah, pero es profesora de Educación Física.
¿Entonces? Definí que mi mujer, Sorín, Matías Martin (dudo sobre si es judío), Daniela Krakower y Menotti forman parte de un tercer grupo de judíos de estéticas instantáneas.

¿Por qué cito a Menotti? Porque cuando era chica, circa 1977-8, Marina estaba enamorado del Flaco. Una vez me mostró una agenda pre-púber en la que estaba escrito "Menotti y yo". Un falso teléfono del técnico y un dibujo de alguien muy narigón.
Otra vez, le tomaron el pelo y urdieron un plan para "castigar" a Menotti durante una charla de amigos. Delante mío la vi saltar como una fiera para defenderlo.

¿Por qué meto a Menotti entre los judíos? Porque con lo tenaz que es mi mujer, de haberlo seducido lo hubiera hecho judío si se lo hubiera propuesto.

Harto de hablar del judío y sus circunstancias les recomiendo este quiz: http://www.jewsrock.org/index.cfm?fuseaction=quiz.view&typeid=C94DFA4E-AE2E-4B88-96251A696E8883DD

¿Modigliani era judío?
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viernes, enero 11, 2008

SERE JUDIA

Como dije, el jueves fui a ver a Marky Ramone.
Un show flojo, con ese cantante argentino que por contrato, parece, no podía hablar. Le gritábamos de todo, y el chabón nada.
Apareció una bandera argentina con una estampa de Quilmes y el pibe eszobó un gesto de simpatía.
Le cantamos "Los Ramoooo, los Ramooooo, vamo los Ramooooo" y ahí matizó con una media sonrisa.
Estuve en un pogo con punks de crestas por primera vez en mi vida. Recibí unos toques pero nada grave.
En vez de 35 años, parecía que yo tenía 16.

Antes de entrar estuve un instante aislado, pensando, en qué hacía una grupo argento ramonero-vieja-n'roll en el límite noreste de Tel Aviv queriendo ver a Marky. Y en los punks de cresta judíos. Y en que la mayoría de todo es "judío".
Punks judíos, putas, policías, hijos de puta, benefactores, bomberos, pelotudos, asesinos y célibes.
En cada "oficio" hay judíos.

Yo me crié en Buenos Aires en un marco educativo, social y cultural absolutamente judío. Es así que en un momento todo aquellos que no era judío me resultaba extraño.
Uno de mis primeros momentos conscientes de sentirme fuera de "contexto judío" fue paradojicamente en la colonia de Atlanta, el club "judío" de la capital, en el barrio "judío" de Villa Crespo.

Yo tendría unos ocho años y le preguntaba a los pibes que estaban conmigo si eran judíos. La mayoría no lo era. Me sentía extraño pero no incómodo.
Los no judíos tenían otras costumbres, comían tortilla metida en un pan, eran morochos y hablaban diferente a los judíos.

Los fines de semana, por esas cosas de la escuela integral, yo jugaba en la puerta de mi casa al fútbol con los pibes del barrio, que salvo dos vecinos tampoco eran judíos.
Me eran más familiares que los de la colonia pero al poco tiempo me acostumbré a ellos, a los de Atlanta.
Sin embargo, no volví a interactuar de forma tan profunda con no judíos hasta que me cambié de colegio al abandonar la ORT.

Al entrar al Nacional n° 17, a los 16, a la edad del pogo de Marky Ramone, me di cuenta de que había hambre, separación, violencia, drogas, piñas y más.
No es que entre los judíos estas situaciones no se dieran sino que se ve que los adultos escondían bastante bien todo por aquello de mantener las apariencias en el gueto. El raro, el de "actitudes no judías", afuera.

De alguna manera, mi ser se divide en dos. Antes de salir de la burbuja judía y después.
Es por eso que ahora, a esta altura más afuera de la burbuja que adentro aunque esté en Israel me resulte extraño que todo sea judío, como cuando tenía ocho años.
Mis amigos son judíos, medio-judíos, no judíos, renegados, ácratas. Es decir cristianos, mixtos, laicos, quemados. No tengo amigos musulmanes por ahora.

Como Marky, que tenía a Joey (judío), Johnny (cristiano republicano) y Dee Dee (quemado y nacido en Alemania) y ahora tiene a otro yanqui, un argento y un inglés en su banda. Ni un islámico por ahora.

Sigo en la próxima con más estética "judía" moderna y adulta. Un adelanto: "Iba la tipa, cincuentona, con sus pantalones beige étnicos y sus rulos psico muy parejos, con un pullover bordó y y un poncho. Botas marrones y lentes pequeños, como de lector agotado de leer sin comprender tantos libros existencialistas (...)".

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jueves, enero 10, 2008

BOQUILLA FILTRONICA

Sí, como el filtro de Parliament.

Puse moderación a los comentarios por dos razones:
-Comments que me agreden desde lo impersonal
-Comments de propagandas spam.

Aclarado el tema, paso a otra cosa.

Betar es un movimiento sionista liberal, revisionista, derechista, en su momento paramilitar.
Fue creado en Europa por Zeev Jabotinsky y para más datos, Menajem Beguin, ex primer ministro de Israel fue una de sus figuras más reconocidas.
Ariel Sharon tiene su relación también y por supuesto los hermanos Netanyahu. También Olmert, Tzipi Livni, Itzjak Shamir y Moshé Katzav.

Sus milicias, Leji y Etzel, actuaron durante el mandato británico en paralelo a la Haganá. Con métodos menos ortodoxos. Volaron el hotel King David, donde hoy para Bush.
En la película Exodo, cuando Sal Mineo dice que quiere entrar al Irgún y es entrevistado exhaustivamente por un proto-Beguin, es justamente de eso de lo que estamos hablando.

Aclarado el tema, paso a algo linkeado.

La canción que yo aprendí en Betar y que ya subí la letra el año pasado en TP, es la siguiente:

“Jabotinsky es nuestro estandarte,
también Beguin y Arieh Sharón,
forjaremos una patria grande,
Jerusalén será su corazón.

Ya se oyen los estampidos,
de los tanques al avanzar,
son los fieros leones judíos,
que a Damasco ya están por llegar.

El Canal ya no nos contiene,
adelante con nuestro ideal,
avanzando con la fe judía,
hasta El Cairo nueva capital”.

Aclarado el tema paso a otra cosa.

Alguien me escribió diciendo que le hincha que le mande un mail cada vez que publico. Tiene razón quizás. A mi no me ofende.
Yo había avisado que mandaría tres mails con tres posts. Si a alguno le molesta, hagámelo saber por mail o por aquí.
Por ahora, tal como avisé, no voy a mandar pero no me voy a privar de volver a enviar cuando tenga ganas. Por eso, para saber si molesto, debo identificar a quién realmente molesto y dejar de molestarlo.

Aclarado el tema paso a otra cosa.

Vino Bush. Todo el mundo habla de Bush. Bush con Peres, Bush con Olmert, con Abás, Busch Gardens. Tengo los huevos llenos de Bush.
En la tele Bush, en la radio y en los diarios. En Internet, en los cables, en el café. Ayer mi mujer se acostó con Bush.
Ahora se juega a la Búshqueda del Tesoro, se toma el ómnibush, se dispara con obúsh y arbusto se dice ar(bush)to. Mucha Busha.

Hoy voy al recital de Marky Ramone, el baterista de los Ramones que quedó vivo, el de la formación más famosa.
Viene con un cantante argentino (!) que se llama Sebastián y que es el frontman de Expulsados. Espero que no los abusheen.
No sé si a Marky le interesa Bush pero como dice mi amigo Jiux: "A Johnny (Ramone) le hubiera cabido".

Aclarado nada me voy a morfar un hummus con tahina de Acco.

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martes, enero 08, 2008

TELEFONO, MI CAAAASA, TELEFONO

Advertencia: El mensaje tiene cierto encriptamiento judaico.

En los últimos diez días me reencontré por separado con tres personas relacionadas entre sí y conmigo por haber concurrido en la misma época -los ochentas- al Movimiento Juvenil Sionista Betar en Buenos Aires. Digamos, la derecha sionista.

El primer reencuentro se dio a través del Facebook cuando uno de los individuos me adhirió como amigo. Al recordarlo, le di el ok con una sonrisa.
Un gran tipo conocido otrora como "Dudu", con un excelente sentido del humor y una cultura musical muy afín a la mía. Voy a llamarlo Tipo 1 y luego de más de una década de vivir en Israel desde hace algunos años se mudó a Madrid por trabajo.

El segundo episodio ocurrió de pura casualidad, sin forzar al destino ni siquiera de forma cibernética, que al ser impersonal le permite a uno hacerse el distraído e intentar recapturar el amor de una ex compañerita o pedir perdón a alguien por largas ausencias "mailísticas".

Yo estaba caminando por la avenida Allenby, una prima de la 18 de julio montevideana, intentando encontrar un negocio de alfombras que mi mujer Marina me había indicado para comprar justamente una alfombra (de paja) para el cumpleaños de mi hija Alma.
Anduve deambulando como idiota (Cipollatti dixit) cuando en el medio de la confusión me topé con una cara y una altura familiar: ¡Superman!

Así le decíamos al Tipo 2, al que me encontré en persona . Me dijo que se separó, que perdió el jopo tras la muerte de Christopher Reeve, que trabajaba en Defensa y que cuatro años atrás había intentado ubicarme para un festejo global del movimiento en el que habíamos compartido muchas horas.

El tercer caso tiene características similares al primero. Me llegó un mail de un ex compañero de Betar con muchas direcciones abiertas. Allí, además de putear por quedar expuesto mi mail a cualquier cadena, reconocí a varias.
Entre ellas, la de un madrij (adalid) mío con el que siempre tuvimos gran onda. Al tipo le decían "Facho", ahora aka Tipo 3. Le escribí, me respondió con su teléfono. Lo llamé y contestó.

Con Tipo 1, el encuentro es más difícil. Si él no viene a Israel, yo por ahora no iré a Madrid. Y si viene, en medio de tanto trajín, debería tener algún momento libre para reencontrarnos y ambos así soportar los incontrolables silencios de más de 15 años sin vernos. Alto grado de complicación.

La reunión con Tipo 2 se presenta mucho más accesible ya que Tipo 2, que vivía en el extremo norte del país se vino a vivir a diez cuadras de mi casa. Vea usted que no pierdo el carácter centralista característicamente argentino, típicamente porteño.
Al encuentro con Tipo 2 sólo le quedan dos cositas: ver quién llama primero y, por supuesto, los silencios.

La última situación, la de Tipo 3, es hoy más fácil ya que si bien nunca anda por Tel Aviv se ofreció a venir cualquier noche a tomar una cerveza juntos. Sólo resta, y abunda la confianza, coordinar fecha y lugar.
La complicación que tiene esta secuencia es que tiene un rebote ya explícito: cuando hablamos por teléfono, Tipo 3 me "comprometió" a ir a su casa el próximo aniversario de la creación del Estado, el día que se festejarán los 60 años de Israel, a comer un tradicional asado con otros ex miembros de betar mayores que yo que conozco bien y me conocen bien.
El problema es que la casa de Tipo 3 queda en los territorios, en Cisjordania.

Una, me da un poco de miedo pero me mata la curiosidad y las ganas de ver a esa gente nucleada por Tipo 3. Dos, es un poco raro festejar lo que se festeja en ese lugar geográfico.

Yo, que desde antes de nacer fui apolítico pero no inocente, la jugué de "facho judío" durante un par de años sólo para enfrentarme a los gibosos y granosos del sionismo socialista porteño. Aprendí mucha historia judía pero yo iba a jugar a la pelota...

¿Y si la derecha de Betar Argentina quisiera reconvertirme en uno más? ¿Y si estos "Tipos" hubieran aparecido en mi vida como parte de un plan orquestado para no dejarme más alternativa que el "regreso a las fuentes"?

Sí, ya sé. Uno vive en Madrid... ¿Y si abrió una oficina secreta allá? El otro vive ahora a calles de mi casa y el que faltaba me intimó a ir al mismísimo horno. ¿Me están fogueando?

Yo sé, muchachos, que la derecha tienta. Que la guita llama a la guita y que la propiedad privada significa tenerla más grande que el cuñado. Más ahora que Europa derechea y que Bush todavía manda.

Pero ya les advierto que no cuenten conmigo, ni que me rodeen en un Encuentro Cercano con tres Tipos. Si salgo de esta, posteo.

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domingo, enero 06, 2008

LA SOCIEDAD DE LOS MUERTOS POETAS

Después del primer post del año hecho un día antes del 1° de enero, dejo aquí unas coplas para paliar lo anterior, lo de la bomba atómica.
No quise ser tan pesimista pero cuando la realidad que uno trata inútilmente de filtrar se te mete en el sueño, asusta.
Todo va a andar ¿muy bien? No se crean que me deprimí.
Bueno, acá va el versito bastanta salame:

“El año arrancó en enero,
como siempre el mes primero,
con el tradicional y perenne esmero,
de mejorar a su antecesor.

Aquel de ahora pobre valor,
del que ya nadie casi habla
El que nació con el alba
De un enero anterior

Que con el mismo fervor,
que este flamante mes uno,
que más que nadie y ninguno
ya empezará a decir adiós.

E irá cediéndole el paso,
al febrero más brasilero,
que más caliente que brasero
el 29 suyo se irá
dejando atrás el “será”
para enfrentar el “va a ser”

Para fulano, mengano y Mariano
qué carajo hago yo, hablándote del verano
si me cago de frío, hermano,
en el hemisferio septentrional”.

PD: ¿Los Reyes Magos habrán pasado por Tel Aviv cuando se mandaban a Belén?

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