domingo, septiembre 20, 2009

LOS MISTERIOS DE LA CABALA (DESTINY'S CHILD)

Para muchas personas, las cábalas son como el anticristo. Es decir, creen en ellas aunque las niegan porque no es de progresista confiar en los caprichos del destino.

Claro, uno es el volante absoluto e imperturbable de la vida propia. Es cierto que esto tiene su base en cuestiones que tienen que ver con las decisiones: si agarro un cuchillo y mato al vecino, ¿fui mi propio timonel o estaba escrito en las imperceptibles páginas de "lo predestinado"?

Porque destino no es sólo aquello que Wikipedia define como "poder sobrenatural que guía las vidas de cualquier ser de forma necesaria y a menudo es fatal". Destino es también el lugar al que uno puede llegar manejando en la ruta y es también una pizzería en el Cid Campeador de Buenos Aires.

En los últimos dos meses, me voy encontrando con gente que, enterada del nacimiento de mi hijo, me pregunta: "¿Dormís bien?, ¿cómo se porta?, ¿la hermana está celosa?".

Indefinidamente, todos me consultan las mismas estupideces. ¿Por qué nadie me pregunta "cada cuánto caga", "sonríe mucho" o "le gustará el chupete o lo necesita"?

El "destino" o "comportamiento social de masas sin reflexión" parece predeterminar una serie de cuestiones que aparentemente son así. ¿A quién realmente le interesa saber si duermo como el orto o si la hermana está celosa? ¿Acaso soy farero y si el bebé me rompe las pelotas a la noche un barco puede chocar porque me olvidé de prender el foco del faro? ¿Tal vez piensan que si mi hija está celosa la vida será imposible de sobrellevar hasta que la pequeña acribille a su propio hermano?

A nadie le importa un rábano lo que hace o hará el bebé o si uno se adapta a la nueva criatura que llega al mundo a adaptarse a todo. Y al que le importa realmente es porque o es morboso o es un formalista de primera que no se atreve a saltar la trivialidad. Algo tan simple como pregunta "¿por qué le pusieron ese nombre?".

Abierto ese nuevo frente, siempre es más fácil y divertido jugar que si uno sabe las cartas del adversario y juega sin apostar guita.

Regresando a las cábalas, creo que empiezo a creer que tantas veces invocadas las mismas palabras, estas pueden torcer el "destino" convirtiendo lo dicho en real. Y si en este caso lo dicho, lo rezado en masa, es una duda, bueno, sabemos que las incógnitas no siempre tienen una sola respuesta y que algunas de las resoluciones pueden ser negativas. No siempre los mantras nos llevan al nirvana. Tantas veces reencarnamos, tantas veces me morí, sin embargo estoy aquí, reencarnaaaando.

Con esto quiero decir que tengo temor de que me quemen el carácter celestial de mi nuevo pibe, que duerme y se porta excelentemente bien, me permite hacer lo mismo y le da normales más no nocivos celos a su hermana.

Pocos días atrás comencé a contestar exactamente lo opuesto a lo real: duerme mal y lo mismo nosotros. Su hermana lo quiere asesinar y nosotros a ella y luego matarnos entre nosotros.
Dos me miraron tan raro que creo que estaban esperando el guiño del ojo para que todo acabase en ironía. Pero no, lo mantuve a fondo.

Así como desde que nació mi primera hija ante las poderosas miradas urbanas emito un "juiiiraaa", algo así como un "fuera" extremadamente fierresco, ahora respondo lo opuesto a lo real, como para conformar a los que se alegran cuando el otro está hecho mierda y para atemorizar a aquel que se hipotecó de por vida en el lugar común.

En estos días me surge un deseo y un pedido, sustantivos que no son lo misma. La idea es cinta roja para todos, para que Luca siga así. Durmiendo, cagando después de mamar e iluminando la casa con sus ojos y pedos del destino. Y dándole celos a la hermana.




What was it like
When you were a child?
Did you see the world
In a different light?
When the veil came down
Our destiny grew away from us
Don't it make you weep
Can't you see

The Kinks -When you were a child

Etiquetas: , , , ,