lunes, febrero 07, 2011

DIEZ FORMAS DE SOBREVIVIR EN TEL AVIV

Por primera vez voy a utilizar un título de esos que le gusta a Google para generar más tráfico en los blogs. En particular en el blog que usa estos titulares. En este caso, el mio.

Pero como yo no saco ventaja económica o social del tráfico web, voy directamente a lo que propone la sentencia: diez formas de sobrevivir en Tel Aviv. Orden semi aleatorio (?).

1- Ser propietario 
Ser dueño de una vivienda en Tel Aviv es tener, casi, la vida resuelta. Podés trabajar de cualquier cosa o vivir a costa de alguien que no gane un gran sueldo. Incluso de tus padres, tu cónyuge o del Estado mismo si te las ingenias.
Con techo propio, esta ciudad es pan comido. Pagás los impuestos, la comida, algo de ropa y ya. Si todavía no tenés una casa tuya, seguí soñando, esperá la muerte de algún tío millonario que se acuerde de vos o capturá a algún geek que supo invertir en bienes raíces pero que aún no debutó en la cama.

2- Ser agente inmobiliario
Esta cuestión tiene que ver con la anterior y con un poco de actitud, una carpeta con contratitos y la máxima rapidez para visitar los sitios donde se publican las viviendas en alquiler -ojalá consigas una opción de venta- podrás vivir de los demás sin ningún problema.
Teniendo en cuenta que los agentes inmobiliarios cobran un mes de comisión al nuevo inquilino y que los alquileres de un departamento de dos ambientes promedian los 1.200 dólares, con dos operaciones estarás bien ubicado en Tel Aviv.

3- Ser un herido de guerra
Acá la cuestión es más seria porque guerras y acciones bélicas en Israel no faltaron ni faltarán. Es más fácil haber quedado tullido en campaña que tener una casa a nombre de uno.
Si por esas desgracias de la vida te ocurrió o te ocurre, tu pensión te puede permitir un buen pasar aunque te falten las dos piernas. Al menos no gastarás en zapatos.

4- Recibir una compensación alemana por el Holocausto
Nuestros abuelos sufrieron las atrocidades del Nazismo. Asesinatos masivos, torturas, robo de niños, expropiación de los bienes, etc. En algunos casos, Alemania ha resarcido a las víctimas sobrevivientes o a sus herederos con dinero suficiente para comprar nuevos bienes. Todo depende de lo que a Berlín se le ocurra que tu familia perdió y de los administradores israelíes que recibieron millones y millónes de marcos y se los morfaron vaya a saber en qué.
Es una tragedia, una fatalidad. Con la Shoá no se juega y nuestros abuelos se retorcerían en sus tumbas si aceptásemos "dinero con sangre", tal como decía el papá de mi mamá. Como acá importa mucho el honor pero también el dinero, más de uno se salvó gracias a que otro sufrió antes. Una especia de cristianismo revisionado.

5- Sacar una hipoteca
Para sacar una hipoteca en Israel hay que poner de frente un cuarto del capital de la propiedad. Shekel más, shekel menos. En Tel Aviv, flotando dentro de la burbuja inmobiliaria en la que levitan las grandes ciudades del mundo, todo siempre es más caro por lo que la base para entrar en un crédito hipotecario te puede costar un par de órganos. Sin embargo, por ahí te queda un tres ambientes en Sudamérica y te podés comprar un semáforo.

6- Hacerte religioso
Sí señor. El milagro es posible. Si te hacés ortodoxo te van a empezar a caer ayudad divinas de los capos de tu secta. Casas, autos, exhimición del Servicio Militar Obligatorio, kipá, patillas enruladas, etc.
Los ortodoxos se ayudan mucho entre ellos y en esta ciudad laica, donde son minoría, un nuevo ortodoxo se cotiza como loco. El dinero, como se ve, es parte de la religión.

7- Ser un squatter nómade
Nuestros antepasados deambulaban por el desierto. Se asentaban aquí y luego allá. Con tiendas y camellos, fundaron dos reinos. Nada mal, ¿no?
En Tel Aviv hay muchas propiedades desocupadas, abandonadas. la de ser un okupa es una buena opción pero el riesgo es que tanto la ciudad como todo el país están llenos de policías y el que no lo es tiene un hermano, un padre o un novio vigilante y armado. En ese sentido, podés durar un par de días en cada casa que ocupes hasta que venga un hombrecito de azul a mostrarte la 9 mm y tengas que mudarte a otro inmueble inhabitado. Y así, ad infinitum

8- Ser un alto capo del Ejercito
El que no sabe la historia de Benny Galant, la puede leer acá: http://elreloj.com/article.php?id=28737. El tipo, súper pesado en la estructura castrense, construyó en terrenos públicos. Acá no sobra tierra pero sí chantas. Es más, si sos mujer se me acaba de ocurrir una posibilidad fuera de programa: flirtear con el hijo de Galant y emborracharlo. Casarte y divorciarte. Y sacarle alguna propiedad amenazándolo con publicar algún escándalo. El chico debe estar manchado porque de tal palo, tal astilla. Siempre.

9- Juntar envases usados
Dependiendo del envase, en Tel Aviv te pagan entre 0,25 centavos  de shekel (0,07 centavos de dólar) y un shekel (0,30). Juntando 300 envases diarios todos los días de la semana de un valor promedio de 0,50 centavos de shekels (0,14 centavos de dólar) sacás 1.166 dólares. Con la mitad alquilas un monoambiente en el sur de la ciudad, con la otra mitad tirás.
Tenés dos contras: hay mucha competencia y riesgo de contagio de locura.

10- Mix Telavivi (gentilicio, a veces despectivo, de los habitantes de Tel Aviv)
Mi propia experiencia. Caótica y eficaz, más no infalible. Escribir, cuidar niños, criar hijos, tocar en una banda de rock, comer hummus ful, tomar agua tónica, ir a la playa y evitar a una especie muy peligrosa: los que todos los días dicen odiar a Tel Aviv pero a la noche sueñan con ella.




Sí, es el colmo de la obviedad.


The afternoon, it's one maybe two
Sipping away my last
goldstar, not so much to do
Dream away the sunny day
until it's time to leave
I'll just watch you pass on by
When I'm on my own in Tel Aviv


With the blocks to one side
The beach on the other
And the trees and the leaves
On my own in Tel Aviv
And the trees and the leaves
On my own in Tel Aviv


Duran Duran - Tel Aviv

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