lunes, enero 26, 2009

LA GALA NO, ¡LA GALA!




Mi hija tiene tres años y un switch admirable. Cambia del español al hebreo según la ocasión y el personaje. Digamos que es un camaleón lingüistico.

En casa le hablamos en un 90% español y en un 10% en hebreo porque hay palabras que se te meten, que te facilitan el habla.
Por ejemplo, al cochecito se le dice "hagalá" y es como más fluido llamar así al vehículo en la cotidianeidad.
Las expresiones "tov" (bien) y "iafé" (lindo pero utilizado como "muy bien" o simplemente "bien") se cuelan sin que uno los pueda evitar.

La idea, por recomendación externa y por intuición propia, era y es hablarle en español todo el tiempo, sin dejar pasar por el colador las palabras hebreas. Para el hebreo, suficiente con la calle y el jardín. Tel Aviv también habla hebreo.

Veinte, treinta, cuarenta y cien años atrás, esto era un pecado para el sionismo. Aquel que venía a vivir a Israel debía moralmente adoptar el hebreo en todas las situaciones.
Así, he conocido acá a gente de treinta y pico o mayor que no habla más que dos palabras en castellano ya que sus padres, oriundos de América Latina, adoptaron el dogma idiomático.

En otros casos, hombres y mujeres emigraron solos y conocieron a sus parejas en Israel por lo que naturalmente el español pasó a ser un fantasma.

Sin embargo, hoy, son cada vez más los padres hispanoparlantes que mantienen su lengua madre y la transmiten a sus hijos. Ya sea para facilitar su comunicación, darle una herramienta laboral futura o para enseñarles cómo negociar con secuestradores cuando después del Servicio Militar viajen a las selvas americanas y sean capturados por hacerse los Rambos.

Mi hija habla muy bien español y comete los errores lógicos de la edad. Dice "puní" en vez de "puse", "escupié" en vez de "escupí" y "miaja" en lugar de "magia".

La única característica especial es la R. Cuando es RR, la nena dice GG. Es decir, "peggo", "ggatón" y "ggico" son palabras comunes.

Ahora, cuando de trata de la R simple, Alma todavía usa la L, como los chinos. "tlaéme", "espelá papá" y "goldo" son moneda "coggiente" en mi casa. Aunque el otro día también dijo "togo" y "fagól".

El mix que tiene de Bruce Lee con el Inspector Clouseau me hace reír y hasta emocionar. Igual es más Bruce que Clouseau en cuanto a la personalidad.

Al principio, no me causaba gracia. Me ponía mal que no agarrase la RR porque nunca me gustó el acento israelí para el español. Tampoco el yanqui ni el francés pero conocí a muchos más israelíes.

Ya no sólo me resigné sino que lo acepté y hasta me cae bien. La paternidad, oh estado de inconsciencia y agotamiento, abre puertas a lo más lejano de nuestra personalidad.
Desde cambiar un pañal a pelar un asqueroso pepino crudo.

El próximo post: el por qué la comida israelí atenta contra mi dieta y sin embargo me las rebusco.

Cuando te digo china, china, china del alma
tú me contestas, chinito de amol...
Cuando te digo chino, chino, chino del alma

tú me contestaschinita de amol...

Chinito tú, chinita yo chinita tú, chinito yo

Y nuestlo amol así selá... siemple, siemple igual.

Gaby, Fofó y Miliki




Etiquetas: , , , ,