martes, enero 15, 2008

DE LINCOVSKY A MODIGLIANI PASANDO POR MENOTTI

El último fin de semana, compuesto típicamente en Israel por un viernes y un sábado, sentimos frío.
En la calle fuimos víctimas de un frente helado proveniente de Siberia. Especulando, llegué a la conclusión de que el frío ese era parte de un plan de la Agencia Judía para promover la emigración de gente de la ex Unión Soviética e incluso para cumplir con aquellos que ya vinieron de allí para que se sientan en casa. Compromisos son compromisos.

Mientras nos cagábamos de frío dando unas vueltas con Marina y Alma por las plazas del barrio, me detuve a ver a una mujer que iba caminando como con un programa de teatro en la mano y con una mirada entre altiva y relajada. Vaya mezcla.

Iba la tipa, cincuentona, con sus pantalones beige étnicos y sus rulos psico muy parejos, con un pullover bordó y y un poncho. Botas marrones y lentes pequeños, como de lector agotado de leer sin comprender tantos libros existencialistas.

Se movía con la soltura que sólo da el bienestar económico o la locura. Cruzaba el Boulevard Rotshchild -vaya paradigma- y caminaba en dirección a un café de esos en lo que ya no se respira tabaco pero sí aroma de café importado, olor a tinta de diario no tabloide y madera de la buena. La tipa entró, saludo a dos mujeres y a un hombre -presumiblemente gay-, se sentó y nosotros seguimos caminando.

La estética de la mujer es muy común entre las judías adultas culturosas. Aquí, allá y en cualquier lado se visten igual. Véase Cipe Lincovsky.

El fenómeno se replica entre las mujeres adultas que no pertenecen o no interactúan de forma profunda con la cultura o la inteligentzia cultural. Sólo que en este caso lo que manda es el uso de remeras con incrustaciones de falsas piedras preciosas, jeans con injertos de simil-tigre o ropa deportiva de country, de esa que nucna serviría para hacer deportes. Véase Susana Giménez y su influencia en la judería de Miami.

Miré a mi mujer y me di cuenta que mi teoría no funcionaba con ella. Marina vestía una prenda de cada color y mi hija Alma, a pesar de no ser adulta, estaba sincornizada con la estética maternal.

¿Cómo puede ser? Ella está conectada con lo cultural. Ah, pero es profesora de Educación Física.
¿Entonces? Definí que mi mujer, Sorín, Matías Martin (dudo sobre si es judío), Daniela Krakower y Menotti forman parte de un tercer grupo de judíos de estéticas instantáneas.

¿Por qué cito a Menotti? Porque cuando era chica, circa 1977-8, Marina estaba enamorado del Flaco. Una vez me mostró una agenda pre-púber en la que estaba escrito "Menotti y yo". Un falso teléfono del técnico y un dibujo de alguien muy narigón.
Otra vez, le tomaron el pelo y urdieron un plan para "castigar" a Menotti durante una charla de amigos. Delante mío la vi saltar como una fiera para defenderlo.

¿Por qué meto a Menotti entre los judíos? Porque con lo tenaz que es mi mujer, de haberlo seducido lo hubiera hecho judío si se lo hubiera propuesto.

Harto de hablar del judío y sus circunstancias les recomiendo este quiz: http://www.jewsrock.org/index.cfm?fuseaction=quiz.view&typeid=C94DFA4E-AE2E-4B88-96251A696E8883DD

¿Modigliani era judío?
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