SERE JUDIA
Como dije, el jueves fui a ver a Marky Ramone.
Un show flojo, con ese cantante argentino que por contrato, parece, no podía hablar. Le gritábamos de todo, y el chabón nada.
Apareció una bandera argentina con una estampa de Quilmes y el pibe eszobó un gesto de simpatía.
Le cantamos "Los Ramoooo, los Ramooooo, vamo los Ramooooo" y ahí matizó con una media sonrisa.
Estuve en un pogo con punks de crestas por primera vez en mi vida. Recibí unos toques pero nada grave.
En vez de 35 años, parecía que yo tenía 16.
Antes de entrar estuve un instante aislado, pensando, en qué hacía una grupo argento ramonero-vieja-n'roll en el límite noreste de Tel Aviv queriendo ver a Marky. Y en los punks de cresta judíos. Y en que la mayoría de todo es "judío".
Punks judíos, putas, policías, hijos de puta, benefactores, bomberos, pelotudos, asesinos y célibes.
En cada "oficio" hay judíos.
Yo me crié en Buenos Aires en un marco educativo, social y cultural absolutamente judío. Es así que en un momento todo aquellos que no era judío me resultaba extraño.
Uno de mis primeros momentos conscientes de sentirme fuera de "contexto judío" fue paradojicamente en la colonia de Atlanta, el club "judío" de la capital, en el barrio "judío" de Villa Crespo.
Yo tendría unos ocho años y le preguntaba a los pibes que estaban conmigo si eran judíos. La mayoría no lo era. Me sentía extraño pero no incómodo.
Los no judíos tenían otras costumbres, comían tortilla metida en un pan, eran morochos y hablaban diferente a los judíos.
Los fines de semana, por esas cosas de la escuela integral, yo jugaba en la puerta de mi casa al fútbol con los pibes del barrio, que salvo dos vecinos tampoco eran judíos.
Me eran más familiares que los de la colonia pero al poco tiempo me acostumbré a ellos, a los de Atlanta.
Sin embargo, no volví a interactuar de forma tan profunda con no judíos hasta que me cambié de colegio al abandonar la ORT.
Al entrar al Nacional n° 17, a los 16, a la edad del pogo de Marky Ramone, me di cuenta de que había hambre, separación, violencia, drogas, piñas y más.
No es que entre los judíos estas situaciones no se dieran sino que se ve que los adultos escondían bastante bien todo por aquello de mantener las apariencias en el gueto. El raro, el de "actitudes no judías", afuera.
De alguna manera, mi ser se divide en dos. Antes de salir de la burbuja judía y después.
Es por eso que ahora, a esta altura más afuera de la burbuja que adentro aunque esté en Israel me resulte extraño que todo sea judío, como cuando tenía ocho años.
Mis amigos son judíos, medio-judíos, no judíos, renegados, ácratas. Es decir cristianos, mixtos, laicos, quemados. No tengo amigos musulmanes por ahora.
Como Marky, que tenía a Joey (judío), Johnny (cristiano republicano) y Dee Dee (quemado y nacido en Alemania) y ahora tiene a otro yanqui, un argento y un inglés en su banda. Ni un islámico por ahora.
Sigo en la próxima con más estética "judía" moderna y adulta. Un adelanto: "Iba la tipa, cincuentona, con sus pantalones beige étnicos y sus rulos psico muy parejos, con un pullover bordó y y un poncho. Botas marrones y lentes pequeños, como de lector agotado de leer sin comprender tantos libros existencialistas (...)".
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