viernes, enero 09, 2009

FAME I'M GONNA LIVE FOREVER BABY REMEMBER MY NAME

Como decía esta madrugada, este blog llegó no sé bien cómo a la pantalla de Telenoche y explotaron los comments, los mails, los llamados y las opiniones. Y debo adaptar un post, al menos en agradecimiento de los que hoy me lean y mañana no.

Si bien es cierto que me gusta el eyeball en mis textos simplones, no me imaginé nunca el cariño de tanta gente. Aquellos argentinos que me hicieron sentir esa solidaridad inédita para mí, nunca la necesité tanto.

Saben, todos, que yo no estoy siendo bombardeado. Lo han leído aquí. Técnicamente estamos al alcance de cualquier proyectil pero o por imposibilidad o por cálculo de riesgo político y humanitario, ni Hamás ahora ni Hezbollah en 2006 tiraron contra la ciudad más sensible de Israel en cuanto a termómetro social.

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Yo no quiero convencer a nadie de nada. Bastante tengo con mi cotidianeidad geminiana, dual, de temer y entender y digerir la realidad de una guerra.

Algunos me dicen volvé. Argumento, inicialmente, que no es fácil para nadie levantar una casa e irse de un día para el otro, sobre todo cuando una confía que esto va a calmarse pronto y el peligro es "de otros".

Sí, ya sé, un palestino al que le bombardean el barrio sale cagando y se esconde donde puede. Yo no puedo, no me toca hacerlo todavía, y en el caso de que sí, trataré de seguir con los consejos del Comando de la Retaguardia civil. Y cuando hablo de mí, hablo de tres personas y de una de ellas que no entiende nada porque tiene tres años y las situaciones se le tatúan en el cerebrito.

Por otra parte, no quiero volver a Buenos Aires. Sufro la guerra en Tel Aviv y pienso que pasará. Que es por un tiempo.

No quiero volver a Buenos Aires no porque odie a la ciudad, no, la conozco de memoria en gran parte y me da una nostalgia tremenda que a veces me quedo dormido enumerando calles de determinado barrio o deformaciones como "Choluleitor" "Tiroteiro" "zarpadelli" o "zarpadosky", ese lunfardo extranjerizado baratamente nuestro.

Pero hoy me gusta más acá. Yo no ando diciendo que un chorro puesto de paco es más o menos violento que un cohete pero la violencia urbana de Buenos Aires me paraliza y me violenta. Me destruye los nervios, la frecuencia de expulsa.

Con esto, no quiero comparar nada. No soy un apóstol del exilio porque cada uno hace lo que puede, mucho más de lo que quiere.

No logré amar a mi país hasta las últimas consecuencias, me lo enseñaron en la escuela pero en la calle no lo vi.

No logro amar a Israel hasta las últimas consecuencias porque hay cosas que me dan vergüenza.
Me enseñaron en la escuela judía a querer ciegamente a Israel. Nada puede hacerse a ciegas, más que enamorarse o comer helado de Freddo. Y garchar, claro.

Así, me transformo en un pantalón gris. En un histérico apátrida que llora guerras de las que no se hace cargo y que delezna su tierra sudamericana. ¿Soy un desagradecido? ¿Una rata temerosa?

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El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó hoy una resolución que llama al cese de fuego entre Israel y Hamás. Ninguna de las partes lo aceptó.
Egipto va a romper las bolas para que se apruebe de forma bilateral porque a ellos les conviene también tener fronteras seguras con Gaza.

Mientras tanto, ayer murió un soldado hijo de argentinos -
http://www.semana.co.il/article/title/el-soldado-fallecido-hijo-de-argentinos-fue-enterrado-en-su-kibutz-002237/
- y hoy cayeron por lo menos 30 cohetes.

Mi viernes viene tranquilo, después de haber dormido como el orto por la partida a la madrugada de mi suegra y por la adrenalina con esto de Telenoche. Y hummus que me comí me narcotizó el metabolismo.

Les pido, amigos, que no esperen mucho de este blog. Este espacio se mueve por impulso. Y la guerra, vaya si lo es.

Antes de irme, quiero agradecer a Esteban Schmidt, que en 2006 me estimuló a escribir lo que sentía durante la Segunda Guerra del Líbano. Yo escribía, sí, pero no sobre mí ni mis vacilaciones. Gracias Esteban, sinceramente. Lean su libro Palermo Manifesto.

Siguiendo con Caballito, una mención especial a Diana Sorkin, que con sus manos mágicas y su vínculo afectivo con este blog hizo y hace que esta página tenga visitas de lugares inesperados. Uno de ellos, quién sabe, es Telenoche. Vean su Vidrierahype!

Y a la Coloradita, por su aguijonazo preciso, exacto. Por menos fama y un cese del fuego YA


Standing on a beach
With a gun in my hand
Staring at the sea
Staring at the sand

Staring down the barrel
At the arab on the ground
See his open mouth
But hear no sound

I'm alive
I'm dead
I'm the stranger
Killing an arab


The Cure

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