martes, enero 20, 2015

WHATEVER PEOPLE SAY I AM, THAT'S WHAT I'M NOT



Yo no soy Charlie Hebdo ni soy Alberto Nisman. Sin embargo me sigo estremeciendo con hechos tan particulares como la matanza en París y el suicidio del fiscal argentino.

El crimen es crimen desde que el mundo es mundo y los intereses oscuros que perpetran actos que hacen temblar a pueblos enteros son muy difíciles de superar y quedan grabados como muescas en la línea de tiempo de la historia.

Tanta racionalidad tirada a la basura... Del desarrollo del plan a la ejecución, que dura segundos, hay un camino de indescifrables conexiones y vileza. Así, un gatillo o un detonador nos hacen pensar que finalmente los votos, las alianzas, los llamados a los cuarteles, la inflación, la recesión, las devaluaciones y hasta las guerras intercontinentales tienen el mismo sentido: la pavimentación de una nueva etapa que sencillamente vendrá a echar por tierra temores presentes con la esperanza de que no sólo nunca volverán sino que algo de todo este incordio que llamamos progreso hará de nuestra existencia algo más placentero. En niveles personales y globales.



Todavía tiemblo cuando pienso en Nisman. Por falta de timing y al estar lejos de los hechos, me perdí de hacer una buena nota. No sé cómo la hubiera empezado y así es que casi bendigo no haberla podido plantear. ¿Lo mató o "suicidó" alguien relacionado con el Gobierno? ¿Lo mató o "suicidó" la SIDE? ¿Lo mató o "suicidó" un grupo de agentes extranjeros?
Un funcionario de su envergadura con una causa tan polémica como la de AMIA no muere o no debiera morir en la víspera. En todo caso, después de fracasar y tirar por la borda su carrera. Y hasta es un tal vez. Se escribe que estaba relacionado con Inteligencia de EEUU o Israel. Que vivía amenazado. Que se auto-obligó a hacerse un hombre más público de lo que era -presentando una fuerte denuncia- para que no lo mataran y que sin embargo eso no lo salvó.

Yo siento vergüenza por lo que pasó. Me da tristeza. Salir en las primeras planas de todo el mundo -el debate sobre el periodismo es otro- cuando nuestra cotidianeidad se convierte en un infierno da muestra de lo pobres que somos y lo ricos que creemos ser.

El suicidio inesperado de Nisman es para todos un golpe en el ego. En lo que uno cree o quiere creer. Ya sea en un Gobierno o un partido. O la independencia de los poderes que rigen los destinos de la Nación. La muerte, esta vez, no le sienta bien a nadie. Ni a Cristina Fernández de Kirchner, ni a la oposición, menos a los familiares de las muertos del peor atentado de la historia argentina. En veinte años de pedir justicia lo único que avanzó es la cantidad de víctimas con la suma del cuerpo de Nisman.

Se puede creer sin alabar. Y se puede no creer en nada. Por eso yo no soy Charlie Hebdo ni Alberto Nisman. Soy uno más que se estremece al ver cómo retrocedemos cuando creíamos haber avanzado.


                     


Don't give me words whit no meanings. 
Don't give me problems that you can't solve.
Ha! Don't tell me now you're revealing.
things we spoke of long ago.

I know you're ways, I know you're silence.
This could go on all day.
This is the way this is the violence.
And now you know why I can't stay.

Break... break... break... break...
break... break... break... break...
break... break... break...
I'm breaking away from you.


 Sumo - Breaking away

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lunes, diciembre 29, 2008

WAR ADENTRO

En 2006 este blog tomó un formato de corresponsalía anímica de guerra. Luego mutó a impresiones cotidianas más ligeras. Es tiempo de una nueva mutación. Vieja piel, nueva piel.

ANALISIS GAGA

El miedo, oh dios de la paralización, otra vez entre nosotros. Y otra vez no sólo por lo que nos puede pasar a cada uno de los nuestros sino por lo que le pasa al otro que no siempre piensa en mi. Yo no quiero que se muera nadie que no quiera morirse.

Hay más de 300 muertos en Gaza y dos en Israel. Los números, desparejos como siempre desde el Holocausto hacia aquí, muestran diferentes aspectos relevantes.
Ante todo, 500 muertos o uno valen nada o todo. Según la óptica.

¿Pero que es lo que pasa? Israel atacó Gaza, infraestructuras de Hamás y no tanto.
Es decir, la idea es que si tiran cohetes Israel le tira con toda.
La tregua, que siempre sirve, se acabó y el sueño también. No hay ni habrá paz porque uno de los dos deberá levantar la bandera blanca. E Israel no considera a ese objeto como válido para su supervivencia.

LA IMPRESION
Otra guerra en apenas dos años y medio. Medio mucho para mi que en la vida viví una situación bélica seria.
La guerra de cantitos en la cancha, la lucha encarnizada en torneos de fútbol 5 y la guerra scóutica: ¡esas eran situaciones belicosas!
Y ahora otra vez, con la tensión de que todo se desmorona. Moral, social y económicamente hablando.

"¡Pero flaco, vos estás en Tel Aviv!"
Sí, estoy en Tel Aviv pero vos estás en Buenos Aires o en Madrid, salame, y a vos te volaron Atocha y a vos la AMIA.

"¡Pero flaco, vos elegiste irte allá y quedarte!"
Si, es verdad pero vos también te tomaste un avión para ir al MOMA que de orto no pegó en las torres gemelas. O te hiciste el temerario yéndote a un safari de ricos en Tanzania y casí te morfa un tábano de dos metros.

"¡Pero flaco, vos sos un sionista, sos un fascista, un criminal!"
Ni. No soy fascista ni criminal. No maté a nadie así como tu progre viejo no secuestró a nadie en el proceso. Si admitir y apoyar la existencia del Estado de Israel es ser sionista, entonces lo soy.

"¡Pero flaco, volvé, acá hay dulce de leche!"
Acá también. La globalización es buena y mala para todos.

Las horas pasan, se hace de noche y hace frío. Todo tiende a empeorar. Perdón por el pesimisimo pero las cosas como son. La guerra me hace sentir una mierda. Aunque usted no me crea.

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